Vinitor
Según los romanos, el cobre dejaba mal sabor en el vino, por lo que preferían fermentar el vino en vasijas de plomo o revestidas de éste materal, con lo que el saturnismo o envenenamiento por plomo estaba asegurado. Y los romanos eran grandes bebedores de vino. Según Plinio había 180 variedades de vino y cada persona consumía entre uno y cinco litros diarios, si bien lo tomaban diluído con agua.
Para su elaboración, hervían el vino a fuego lento en los recipientes de plomo y dependiendo del tiempo de hervor obtenían diferentes calidades: "sapa", "defrutum", "heprena" y "siracum".
Una de las casas mejor conservada en Pompeya es la de los hermanos Veti, unos libertos que se enriquecieron con la fabricación de vino. Su domus es ejemplo de casa de nuevo rico. A pesar de su riqueza no pertenecían a la nobleza, con lo que su casa carece de tablinum, que es la pieza de representación social para recibir a los clientes.
Muchas villas tienen estancias para la fabricación de vino para autoconsumo, como el torculario encontrado en la Villa de los Misterios en Pompeya. Por lo general esta industria se situaba en villas rústicas cercanas a los viñedos que se explotaban.
Los vinos ya elaborados se almacenaban en ánforas con tapones de pez para su transporte y comercialización. Las ánforas llevaban información del origen y año de la cosecha.