Pistor
Las cocinas de la mayoría de las casas romanas tenían instalaciones insuficientes para la elaboración del pan, por lo que éste se compraba en el "pistrinum" (panadería).
El "pistor" y sus ayudantes se encargaban de todo el proceso en un mismo local que tenía diversas dependencias específicas para cada tarea:
- Almacenaje: En el altillo se almacenaban los sacos de grano.
- Molienda: Desde el altillo, los sacos se vertían sobre el "catillus", una pieza bicónica de lava que gira sobre la "meta", una base circular de mampostería. Ambas piezas forman una muela que se hacía girar con un burro y con la que se fabricaba la harina.
- Amasado: En otra zona había bancos de amasado.
- Cocción: Una vez dada la forma al pan, se pasaba al "praefurnium", el horno.
- Venta: Dando a la calle había local, con estantes y cestas para el pan y un mostrador, donde se llevaba el pan cocido para su venta.
En sus inicios eran los esclavos los encargados de la elaboración del pan, pero en el S.II a.c. Esta tarea pasó a ser realizada por panaderos de origen griego. En el S.I se asociaron formando un "collegium", que les imponía normas estrictas para la labor de panificación, eran únicamente hombres y llegaron a tener gran consideración social.
En su elaboración empleaban trigo como cereal preferente y lo fermentaban con la "spuma concreta", fermento de cerveza. Hacían dos calidades de pan, el "panis secundarius", hecho con "far", una harina basta y el "mundus" o "panis candidus", hecho con "farina", más refinada que la anterior. Los esclavos consumían el primer tipo. Además realizaban el "panis militaris", un pan que duraba más tiempo y que llevaban los legionarios.
Los panes tenían una medida standard, eran redondos y divididos en ocho sectores circulares. Además de estos panes básicos, hacían variedades con distintas formas, composiciones o tipos de cocción diferentes, pasteles, bollos y galletas o "placentae", que se endulzaban con miel.