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No todos los romanos vivían en una domus, que es el tipo de construcción paradigmática del mundo romano antiguo. Había gentes muy pobres que no disponían de techo y vagaban por las calles durmiendo bajo los pórticos o refugiándose en las tumbas del cementerio. Otros hacían su vida en sus negocios y vivían en unos pequeños cenáculos sobre el establecimiento comercial al que accedían con una escalera de madera por un agujero en el techo de la taberna.
Cuando el espacio construible disponible comenzó a ser escaso, se edificaron pisos de apartamentos, las "insulae" donde se mezclaban diversas clases sociales. Estas "insulae" pertenecían a un propietario que arrendaba los pisos. Era frecuente que a su vez los inquilinos subarrendaran habitaciones de la vivienda para poder hacer frente alos pagos. Por regla general, cuanto más alto estaba el piso más humildes eran sus moradores, llegando hasta el último piso, bajo el tejado, con una única estancia donde las condiciones de vida eran infrahumanas. Las gentes más acomodadas vivían en los primeros pisos, más espaciosos, con más luz y decorados con frescos y mosaicos. En caso de incendio, cosa frecuente en la antigua Roma, los moradores de las últimas plantas estaban casi condenados a perecer por no tener tiempo para salir. En Ostia Antica han quedado restos de diversas insulae.
Pero no sólo se arrendaban pisos. En las "domi" solían habilitarse las habitaciones junto a la puerta de acceso, con entrada independiente, como tabernas para negocios. En otras casas se alquilaba el piso superior de la "domus" también con entrada independiente.
Había arrendadores que vivían exclusivamente de los alquileres, como el caso de la "praedia de Iulia Felix", que alquilaba habitaciones, baños, tabernas... dentro del contorno de su propiedad. Los especuladores inmobiliarios estaban al acecho de los incendios. Cuando un edificio se quemaba lo compraban a bajo precio, lo remozaban y lo ponían en alquiler, lucrándose de la desgracia ajena.
Los alquileres eran muy caros debido a la gran demanda y el precio se fijaba anualmente en la fecha en la que se iniciaba el alquiler, que era en las "calendae" de julio (el primer día del mes). Las viviendas que quedaban sin alquilar en esos primeros días bajabanprogresivamente de precio.