El peristylium
Es la estancia que mejor representa la "luxuria" (lujo) de la época imperial. Comenzó siendo un "hortus" (huerto) porticado y rodeado de una valla que, por el proceso de helenización romano, acabó derivando en un jardín con fuentes, parterres y pequeñas esculturas de dioses y seres mitológicos.
Si en algún lado del “peristylium” faltaba el pórtico, el muro circundante se decoraba pintando un frondoso jardín o escenas de caza, como en la Casa Ceii de Pompeya, produciendo la sensación de ampliar el espacio.
En las villas, donde había grandes jardines exteriores, el "peristylium" era una pieza más tosca. Se convertía en un peristilo rústico usado para labores o para recoger agua y no como zona lúdica. Ejemplo de ello son los peristilos de la villa de Popea en Oplontis y la de los misterios en Pompeya.
Es un lugar privado familiar, aunque tiene una parte pública, ya que a él pueden acceder los "amici", clientes elegidos que merecen una recepción más atenta que la dispensada en el “atrium” o el “tablinum”. Este jardín interior era cuidado por el "topiarius", un esclavo jardinero especializado.