La Latrina
A excepción de las casas patricias, las casas romanas carecian de letrinas. Por lo general en las "insulae" (edificio de pisos) se situaba una tinaja en la planta baja, bajo la escalera, donde cada vecino vaciaba los excrementos que, desde su casa, llevaba en un recipiente, eso si no lo arrojaban desde las ventanas, sobre todo desde los pisos más altos desde donde daba más pereza bajarlos.
No toda la orina se deshechaba. Por las calles había vasijas donde, especialmente los hombres, podían orinar. Esta orina era utilizada en las "fullonicae" (lavanderías) para blanquear la ropa gracias a su alto contenido en amoníaco. Dado su uso industrial, Vespasiano dictó una ley para cobrar un impuesto sobre la orina. También utilizaban la propia orina, mezclada con piedra pómez pulverizada, como dentífrico.
Además existían los "forica", letrinas comunitarias, tanto en recintos especiales, como las encontradas en Ostia Antica, como integradas en las termas, en cuyo caso se utilizaba el agua usada en los baños para arrastrar los restos hasta las cloacas.
Los "forica" consistían en largos asientos corridos horadados con agujeros donde las personas se sentaban, unas junto a otras, para evacuar mientras se charlaba de política, negocios o se comentaban chismes. Al terminar se limpiaban con unas esponjillas atadas a un palo que estaban preparadas en un recipiente. Una vez usadas, se devolvía el palo y se tiraba la esponjilla por el agujero. Por debajo de los asientos corría contínuamente el agua para su limpieza.
En las "domi", casas patricias, y villas había una letrina consistente en un asiento con agujero que funcionaba igual que los "forica". Se situaban en la cocina, junto a las pilas para fregar y así aprovechar el agua para arrastrar los deshechos.
A medida que avanzó la época imperial se construyeron en las casas patricias termas privadas, no por cuestiones de pudor, sino de clase, para no mezclarse con el pueblo y los esclavos en las termas públicas. En estos complejos termales privados se incorporaron letrinas donde el "dominus" compartía 'asiento' con sus invitados.
Las mujeres patricias realizaban sus necesidades fisiológicas en sus aposentos, en orinales que las esclavas se encargaban de limpiar.